sábado, 26 de abril de 2014


Testigos de su Resurrección
Ser testigo de la resurrección es algo muy hermoso, pero, dada la cultura de muerte que impera entre nosotros, exige no pocos compromisos. Por ejemplo, el testigo de la Pascua debe:
Luchar contra todo lo que origina muerte y conduce a la muerte, contra los violentos e injustos, contra los que siguen crucificando la vida y sembrando corrupción. Defender la vida en plenitud.
Esta defensa vale para la naturaleza toda. El hombre de Pascua debe ser mejor ecologista.
Combatir por lo mismo, las causas de la pobreza. Las estructuras opresivas e insolidarias, el egoísmo que anida en el corazón del hombre y en el corazón del mundo.
Defender la libertad verdadera contra toda situación esclavizante. Esta situación puede ser íntima e individual, puede ser familiar, social y aún eclesiástica. “Para ser libres nos liberó Cristo” (Gál 5,1). La Pascua es siempre fiesta de liberación.
Trabajar por la paz. La paz es también un don de la Pascua que Cristo resucitado ofrecía a sus discípulos. Una vez conseguida después de dura batalla. El que vive la Pascua debe irradiar la paz y debe construir la paz, dondequiera se sienta herida o amenazada. Es ministro de la reconciliación y apóstol de la no-violencia. Defiende y trabaja por la paz de Jesucristo.
Ser testigo de alegría y esperanza. Saber dar razón de nuestra fe ante todos aquellos que no creen en la primavera y no quieren florecer. Decir que los ideales son necesarios y que las utopías son posibles. No tienen razón los mediocres, los conformistas, los rutinarios. Desde que resucitó nuestro Señor Jesucristo, todas las metas son alcanzables.
Vivir en la verdad. Nos hemos acostumbrado  no sólo a decir mentiras, sino a vivir en la mentira; es decir, a no sentir lo que decimos, a no expresar lo que pensamos, a no cumplir lo que prometemos, a no ser lo que aparentamos, a no vivir lo que creemos y profesamos. Tantas verdades a medias y tantos intereses no confesados. Pero la Pascua es luz, transparencia total. El hombre resucitado se esfuerza por desenmascarar la hipocresía de la vida.
Vivir en el amor. Es el secreto último de la Pascua y la fuerza que lleva a resurrección. Un hombre resucitado es un hombre que perdona, que comprende, que sufre, que comparte, que se entrega. En una sociedad egoísta e inmisericorde, él debe poner misericordia. “Él debe ser el corazón de un mundo sin corazón”.
                                     Juan Jáuregui

 

 

 

 

domingo, 13 de abril de 2014


¿Cómo celebrar
el Triduo Pascual?
Propuesta para los que se van de vacaciones
Muchos os vais a tomar el aire, el sol, el mar; os vais a descansar y a relajaros. Creo que es una de las cosas que necesitamos para poder ser y vivir «como Dios manda». Con nervios, no hacemos las cosas bien; las hacemos «nerviosos» y por eso nos sale lo que no queremos...
Quizás no puedas participar en las celebraciones del Triduo Pascual. Pero hay cosas que sí se pueden hacer. 
JUEVES SANTO
Dar sentido especial al pan y al vino el día de Jueves Santo, cuando el Señor tuvo la ocurrencia de elegir estos dos elementos como signos de presencia. La presencia es comida (pan). La presencia alegra el corazón (vino). La presencia nos alimenta «¡Qué bueno estar a tu lado, parece que ya no necesito nada, contigo lo tengo todo!».
Este día Jueves Santo, sobre todo en la cena, introducir el pan en la mesa de manera especial, sin partir, en una bandeja adornada; el padre o la madre que diga algo sobre el pan: Gracias Señor por el pan, lo ganamos con nuestras manos; lo traemos a casa y es alimento y alegría; aquí lo repartimos y compartimos. También lo compartimos con otros y damos de nuestro pan a otros cuando damos algo nuestro (tiempo, dinero, compañía, sonrisa). El pan que no se comparte, que sólo se guarda para «los de casa» es pan egoísta... Hoy te bendecimos, Señor Dios nuestro, porque Jesús escogió el pan para hacerse presencia con nosotros, para compartir; para ayudamos a descubrir la profundidad de nuestra vida de amor y de entrega. Después se parte, a ser posible con la mano, no con cuchillo, que es algo frío, y se va repartiendo a todos. Comer todos juntos el primer bocado, mojar todos en el mismo planto algo. Leer algún pasaje de la cena de Jesús en este momento. Veis, son cosas sencillas y pueden tener sentido profundo. Si quieres más profundidad: Hablad de cómo unos para otros somos «pan», cómo la presencia de unos y otros es alimento verdadero, necesario, querido… Esto ayudará a entender lo que Jesús dijo: «Yo soy el verdadero pan con el que os podéis alimentar».
VIERNES SANTO
Este día tiene sentido poner en el centro de la casa una Cruz y una vela encendida. Para nada en especial. Para recordar que la Cruz es el centro de la vida cristiana y humana. Con una cruz vamos todos, o con muchas; a lo mejor es pequeña, a lo mejor es grande; cruz y cruces llevamos todos.
Y nuestra señal de cristianos es la de hacer la Cruz, llevar unos las Cruces de los otros y ayudar a otros o ser ayudados para llevar la nuestra. Jesús nos precedió en esta historia... Que, ¡vaya historia! Pero con Él, tirando delante, la «cosa» está más animada...
Por la noche, cuando haya más «personal en casa», quizás antes o después de cenar, apagar todas las luces, dejar sólo la luz de la vela alumbrando la Cruz, y hacer silencio o rezar el Padrenuestro o hacer la señal de la cruz o pedir que Él nos ayude a llevar nuestra cruz y un poquito de las cruces de los demás...
SÁBADOSANTO
Es día de tomarse un tiempo de silencio y de saber esperar. Cuando se espera y se da tiempo a la gente, al final, aparece la vida. El Sábado Santo es día de nada, de vacío, sólo de la espera esperanzada. El sábado santo que vivimos cada uno personalmente puede ser un «largo sábado» con más de 24 horas..., pero no pasa nada.
Es día de buscarte cinco minutos de soledad y pensar en ti, en los demás. El día de tomar en la mano las esperanzas que tenemos y creer que florecerán.
VIGILIAPASCUAL
Es la primera y principal celebración cristiana, la más bonita y poética. En algunos sitios hacen cosas preciosas... Busca un sitio donde puedas vivir participativamente de la celebración. Es larga; si entras en ella, verás qué bonita y profunda es. ¡Ojalá pudieras asistir! Existe el domingo a lo largo del año porque existe esta Vigilia, porque es verdad el acontecimiento que en ella celebramos: la Resurrección de Jesús. Sin la Resurrección, vana sería nuestra fe.
DOMINGO DEPASCUA
Es el día de los días, el día más grande de los cristianos. Haced el favor de poneros guapos, guapísimos. ¡Como nunca! ¡Es Pascua! No hay fiesta mayor que ésta. ¡Que se note! Y que se note hasta descorchando una botella de vino. Sí. ¿Por qué no? La fiesta pide eso y todo lo que sea. Tenemos un Dios de vida, tenemos un Dios que nos llama a vivir, tenemos un Dios que nos sacará del túnel, tenemos un Dios que hoy demuestra que es capaz de vencer las tinieblas. No ha podido la muerte con Él. Esto es lo que celebramos. Y no es que lo celebremos en El, es que lo que a Él le pasa nos está prometido que nos pase a nosotros. No somos seres para la papelera, para la muerte, para el silencio, para la nada. Somos seres para la vida, para vivir siempre. Esta es nuestra fe.
                                                                  Juan Jáuregui